ENERGÍA SOLAR FOTOVOLTAICA CONQUISTA A LA “FÁBRICA DEL MUNDO”

China la “fábrica del mundo” cambia su matriz energética a energía solar

Durante el año 2014 China superó a Estados Unidos como la mayor economía del mundo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), siendo por primera vez, en 142 años que Estados Unidos pierde su posición, y que difícilmente recupere, ya que la superpotencia asiática prevé un crecimiento sobre el 7% en los próximos años.

Pero al mismo tiempo que China se establecía como la primera economía del mundo, el medio ambiente sufría las consecuencia, ya que China aumento sus emisiones de CO2 en un 3,5% durante el año 2017, pasando a generar 10.500 millones de toneladas de los 41.000 millones de toneladas generadas en el mundo ese mismo año. Esto se explica porque la mayoría de las industrias en China utilizan carbón como combustible, siendo directamente proporcional el aumento de la actividad económica con el aumento de la contaminación, provocando que durante el año 2017 más de 25 de sus ciudades presentaran una “Alerta Roja” de contaminación, catalogada por especialistas como una crisis ambiental severa, provocando enfermedades respiratorias y enfermedades a largo plazo en sus ciudadanos.

Pero con esta crisis acechando al país con mayor cantidad de personas del mundo, el gobierno chino tuvo que realizar un cambio cultural en su forma de trabajar. La frase “Hecho en China” ya no es una frase sinónimo de algo barato o de mala calidad, es sinónimo de innovación y de un proceso realizado con energías limpias, ya que China es el país que más potencia instalada en plantas solares tiene a nivel mundial y que a 2020 pretende romper todos los records llegando a 100 GW de potencia instalada en paneles solares, 350 GW en energía hidráulica y 200 GW en energía eólica. En palabras del presidente chino Xi Jinping: “China representa un papel importante internacional en lo que al cambio climático concierne y se ha convertido en un importante participante, colaborador y portador de la antorcha en el esfuerzo global para una civilización ecológica”, es decir, el mayor productor de tecnologías a nivel mundial va de la mano con energías limpias.

La iniciativa de China por las energías renovables es algo llamativo para un país que hace apenas unos años llamaba “niebla” a la contaminación y ahora es el principal luchador contra el cambio climático, siendo uno de los países más comprometido con los tratados para disminuir la emisión de CO2 (Tratado de París), invirtiendo más de 100 mil millones de dólares al año en proyectos de energías renovables, fortaleciendo el uso responsable de la energía y entregando una imagen internacional sobre lo que es capaz de hacer China, en base a un fuerte mensaje del presidente Xi Jinping, “cualquier daño que inflijamos a la naturaleza con el tiempo se volverá contra nosotros, esta es una realidad a la que tenemos que enfrentarnos”.

La contaminación de China es una de las peores a nivel mundial, donde en el área de Tianjin el 19% de los terrenos cultivables están contaminados y el 85% del agua es inadecuada para el contacto humano. Pero al mismo tiempo se están realizando acciones políticas para entregar más fuerza a las energías renovables, entre las que destacan la cancelación de 85 termoeléctricas y reinvertir el dinero en parques fotovoltaicos. Cuando la mayor economía baja su consumo de combustibles fósiles contaminantes (bajando su consumo de carbón en un 5% a 2017), se debería entender como un avance de las tecnologías de energía renovable, ganando una de las batallas más importantes entre la sustentabilidad y la contaminación.